Discrimino como Josefina
Quiero que el equipo de trabajo de Chepina me explique qué entienden ellos por reestructurar la campaña. No sé si esa era su intención tras haber cancelado los eventos en Veracruz la semana pasada, sin embargo eso es lo que debieron haber hecho porque vaya que les hacía falta. Lamentablemente no todo lo pueden basar en buenas intenciones (aunque creo que entre los panistas ni siquiera eso existe) y lo demostrado hasta este momento nos dice que los blanquiazules no quieren entender que la están zurrando bien y bonito (y quiero pensar que es efectivamente porque no quieren, no porque no tengan la capacidad intelectual de darse cuenta del problema en que se encuentran).
Ahora resulta que Josefina (quien quiere que votemos por ella, entre otras cosas, por el simple hecho de ser mujer), nos demuestra un día sí y el otro también que no existe coherencia entre lo que dice y lo que hace (asumiendo que tiene la capacidad para generar dicha coherencia). En esta ocasión quiero referirme específicamente a lo ocurrido el día de ayer (y ya no a las pifias interminables de los días anteriores) dentro del equipo de la candidata panista. Pues nada, que como parte de los cambios realizados nos encontramos con dos en particular que a mí me saltan mucho y les voy a explicar por qué.
El primero se trata de la inclusión de Juan Molinar Horcasitas, sí el ex titular del IMSS y a quien se le achaca la responsabilidad de lo ocurrido en la guardería ABC (no cabe duda que Chepina quiere trabajar sólo con los personajes más connotados y respetados del medio político, ¡eh!), y el segundo es el despido de Karla Garduño, quien se desempeñaba en el área de Comunicación y a quien se le achaca el haber escrito “Tlazcala” en un comunicado de prensa el fin de semana (¡¿quién los entiende?! Uno les vacía el Estadio Azul y lo mantienen como coordinador de campaña y otra tiene un error de dedo ¿y la despiden?, no sé a ustedes, pero a mí ya de entrada eso me suena a inequidad).
Los dos casos llaman la atención aún sin estar vinculados el uno con el otro, ¿no creen? Sin embargo déjenme contarles que ¡sí lo están! Para quien no lo sepa (y sé que muchos no lo saben y tal vez ni les interesa, pero qué le va uno a hacer), Karla es periodista y una no muy cómoda para Juan Molinar. Y es que el 5 de julio del año pasado la mujer publicó un reportaje en el periódico Reforma titulado “Guardería ABC: tragedia sin castigo”, en donde se iba directo a la yugular en contra del ex titular del IMSS asegurando que el “caiga quien caiga” de Calderón debió haber dado alcance hasta Horcasitas (cosa que, evidentemente, no sucedió). Ahora bien, no quiero decir que cuando le propusieron a Molinar el puesto que ahora tiene dentro del equipo de campaña, él haya dicho: “sí, pero Karla me cae gorda y si está ella yo no juego”, en una actitud claramente democrática y conciliadora. No, no quiero decir eso, aunque lo piense y esté seguro de que así haya sucedido.
Preocupante es que alguien de la posición y peso político de Molinar anteponga condiciones que resultan a todas vistas misóginas, pero más preocupante aún es que el equipo de campaña de La candidata presidencial (si no es que ella misma directamente) haya aceptado tales condiciones. Chepina sigue mal y de malas.
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